La Guía para la Resiliencia Social considera una gran variedad de temas, desde el bienestar de los habitantes hasta la prestación de servicios, haciendo particular énfasis en la vulnerabilidad y las medidas de protección inclusivas. Esta guía tiene tres ángulos de análisis: entender la vulnerabilidad desde una perspectiva social; evaluar la disponibilidad de servicios en respuesta a las necesidades de la gente; y formular acciones para la resiliencia que se adapten a las necesidades locales.